Observadores Onanistas

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Exilio curativo.

Necesitaba escapada psicológica, necesitaba exilio curativo... Es como cuando en un videojuego manejas un personaje y hay una pared, le puedes seguir mandando andar, de hecho el muñeco anda, pero no avanza... yo había chocado contra esa pared, yo era el muñeco, andaba pero no avanzaba, la situación se hace desesperante, no ves por ningún lado el cartel de exit y te dan ganas de subirte por las paredes... Si al menos eres consciente de ello toca reiniciar el juego, empezar una nueva partida y buscar nuevos caminos...


El destino me ha traído hasta Fornes en la provincia de Granada, rodeado de olivos, sierra, parque natural, embalse... y creo que he acertado de pleno, porque me apetece desconexion, desintoxicación mediática o lo que viene a ser lo mismo, escapar del ruido, burlar al tiempo y robarle horas únicas y exclusivas para mi, dedicarle la máxima atención a mis pasiones, reconectar con la tierra y abrir las ventanas de mi "yo" para que entren aires nuevos.

Me he instalado en una colonia cómo a un kilómetro del pueblo, con unas 20 casas que a estas alturas del año y por lo que me ha parecido hay unas 3 o 4 habitadas... Nada de comodidades, esto no es un resort, tampoco me apetecía eso... Tiene la autenticidad del antaño, el sitio apropiado para escaquearse de la vorágine destructiva, de las prisas y los caos, de los egoísmos cotidianos y de la dependencia de todo.


En la colonia no hay ni una sola farola, ayer al caer la noche todo quedó a oscuras. En la colonia no hay agua potable, para los usos de casa; ducharse, wc, fregar, etc se recoge el agua de una acequia y se llenan unos depósitos, parecido al sistema de las caravanas pero a lo bestia, para beber y cocinar subí ayer con un vecino a recoger agua en un manantial de la sierra... Esto te hace valorarla bastante más... Para mantener el salón caliente hay que prender la chimenea y tienes dos opciones, sales al campo a por ramas o se lo compras a algún vecino, en cualquiera de los 2 casos te lo transportas tu mismo, es el trato. Prácticamente no hay cobertura, lo que me permite olvidarme del móvil y su maldita dependencia. Para pillar víveres y wifi hay que acercarse hasta el pueblo... Por cierto la contraseña wifi del pueblo: "Llevalatararaunvestidoblancollenodecascabeles"... humor andaluz...


Esta mañana salí a correr, después de desayunar y de encender la chimenea por la cuenta que me trae... Recorrí parte del embalse de los bermejales, según me han contado ahora al 50% de su capacidad, buscando por donde continuar me perdí cómo en dos o tres ocasiones, pisoteando las fincas embarradas de los olivos de los paisanos y ya cuando encontré carretera me acerqué hasta el parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, no hice más que entrar al parque, entre otras cosas porque ya llevaba unos cuantos kilómetros en las zapatillas, llegué hasta las ruinas de un antiguo cuartel de la guardia civil de los años 40 y me di la vuelta, así que el parque queda como asignatura pendiente para otro día.

Me espera tarde de chimenea, de navegar entre letras con el hilo musical del chisporreteo de la hoguera, de perderme de cuando en cuanto en el ritmo hipnótico de las llamas, de caer en el sopor de la conciencia y de dejarme seducir por el futuro.



lunes, 21 de noviembre de 2016

Noviembre Lluvioso.

La vida son ciclos, hoy estás arriba y mañana abajo... Al menos eso me han contado a mi desde pequeño.

Le di mucha cera al cuerpo en septiembre, mereció mucho la pena ir a hacer el Camino de Santiago, posiblemente el viaje de mi vida; visitando lugares cada día, conociendo gente de prácticamente todo el mundo, experimentando situaciones y vivencias que me acompañarán por el resto de mis días... pero también hubo que sufrir, 25 dias andando una media de 33 kilómetros diarios, 832 kilómetros en total, más luego los viajes de ida y vuelta en bus y en tren... le di mucha cera al cuerpo.


Le di mucha cera al cuerpo en octubre, tuve la gran suerte de que me llamasen para trabajar en una bodega para la campaña de vendimia en Ribera del Duero justo cuando acabé el camino, y la verdad, creo que no era justo rechazar una oferta de un trabajo que aunque sabiendo que era temporal lo tenía a la puerta de casa... ese mes disfruté trabajando, mucha gente en la bodega con el revuelo propio de la campaña y por una vez en mucho tiempo trabajando sin presiones, sin mamoneos de jefes y empleados, quizás porque era un temporal y no me iba a dejar la vida en ello o quizás también porque había muy buen rollo, almorzábamos y comíamos todos juntos y eso crea piña y eso crea diálogo...pero también hubo que ganárselo, fue un mes casi del tirón, con muy pocos días de asueto, trabajando una media de 10-12 horas diarias, trabajo puramente físico... le di mucha cera al cuerpo.


Y llega este Noviembre Lluvioso... después de dos meses de darle cera al cuerpo como para 2.000 velas y unos cientos de cirios, con el cansancio por bandera, y un no tener ganas de na, con una situación sentimental complicada que me acerca aún más a este farragoso fango, a estas arenas movedizas de la desazón... y me abandono un tiempo y me declaro en servicios mínimos, haciendo solo lo estrictamente necesario como para subsistir, distrayendo a la cabeza como buenamente puedo para no dejarme arrastrar al vacío, a la negrura de la noche... 60 capítulos de Juego de tronos todos seguidos han hecho falta en este estúpido juego de despistar a la mente... No lo pone nada fácil el tiempo, no ayuda en nada la climatología de este Noviembre Lluvioso...


La vida son ciclos... y caer supone levantarse nuevamente... A lo mejor era lo que tenía que pasar para seguir aprendiendo, para seguir avanzando en la vida y evolucionando como persona... A lo mejor no era lo que tenía que ser y el tiempo lo dirá... pero tengo claro que toca levantarse, apearse del sofá  (entre otras cosas porque aún no ha salido la temporada 7 de Juego de tronos)... joder!!! Aún estoy vivo!!! Aún tengo mil historias por contar!!! Tengo en la guantera un sinfín de cosas por hacer, en el pensamiento infinidad de proyectos por realizar y en la patata varios millones de latidos para regalar a quien los quiera y los merezca...

No tengo nada que me ate ahora mismo, ni pareja, ni trabajo... bueno sí, una hipoteca que aún puedo soportar... Me voy a escapar unos días a por aires nuevos, a desconectar y hacer cosas que me gusten y que me llenen como escribir y correr, a liberarme de mi último encarcelamiento autoimpuesto psicológicamente, a mirar al frente y ver que me depara el futuro, pero sobretodo a levantarme otra vez... y ya llegará el momento de echar curriculum, de intentar meter el morro donde se pueda... Al fin y al cabo las letras corren más que las personas... pero ahora puedo permitírmelo, porque todo llega y todo pasa, incluso este Noviembre Lluvioso...