Observadores Onanistas

lunes, 1 de abril de 2019

MARZO CASI ABRIL.



Con la tontería nos hemos plantado en un marzo casi abril y te das cuenta de que el tiempo es efímero, fugaz, pasajero. ¡Pero si fue antes de ayer cuando estábamos comiéndonos las uvas!, ¡Pero si fue antes de ayer cuando no paraba de sonar el whatsapp cargado de mensajes dulzones y empalagosos, brindando por el amor, la salud, la amistad y no sé cuántas cosas más! ¡Fue antes de ayer cuando vuestros cerebros escudriñaban los más ávidos y originales propósitos de año nuevo: dejar de fumar, aprender inglés y apuntarse al gimnasio!

El caso es que el tiempo es efímero, fugaz, pasajero y las uvas se habrán esfumado hace tiempo por vuestros aliviaderos particulares, se habrán esfumado también esos buenos deseos dulces y empalagosos y habréis vuelto a vuestros “encabronamientos” momentáneos, por el contrario la mayoría de esas fotos y videos dulzones, acaramelados y empalagosos seguirán en vuestros móviles, al menos en el mío reconozco que siguen y me da una pereza sobrehumana ponerme a borrarlos, lo mismo hasta sirven para el año que viene, creo que tengo síndrome de “androidiógenes”. En cuanto a vuestros ávidos y originales propósitos de año nuevo… ¿Qué decir?, me atrevo a vaticinar que en la mayoría de los casos que el fumar no se habrá “exfumado”, lo del inglés, ¿para qué? No nos hace falta realmente, la gran mayoría de curriculum españoles vienen plagados de “ingleses medios” incluso “ingleses altos” (¡cuántas vidas habrá salvado el traductor de Google!) y además todo el mundo sabe que nuestro inglés mejora proporcionalmente en base a la nocturnidad y al aumento de nuestra ingesta de alcohol (N x C2H50H= English very good). Gimnasio… se admiten apuestas…. ¿1 mes? ¿2 semanas? ¿4 días?, me juego los isquiosurales a que alguno llegó a pagar la inscripción y no volvió aparecer por allí nunca jamás.

No vengo aquí de sermoneador, dios me libre, ni soy yo quién va a tirar la primera piedra, ni la segunda, ni la tercera, ni la última, yo también hice mis propósitos de año nuevo, no tan ávidos y originales como los de los demás, pero también los tenía, pero el tiempo es tan efímero, tan fugaz, tan pasajero y en ocasiones tan cabrón que hasta este marzo casi abril me pasé los propósitos por los “mismérrimos”. Uno de ellos era dedicarle tiempo a esto que tanto me gusta, escribir lo llaman los que pueden permitírselo, para mí se trata más de exorcizar mis onanismos mentales. El resto de propósitos me los guardo para mí, algunos son deseos, y de todos es sabido que los deseos si se cuentan no se cumplen.

Pues eso, que me pongo con ello, que cada uno empieza el año cuando le plazca. Si los chinos están en su año 4716, los judíos en el 5779, los musulmanes en el 1440 y los budistas en el 2560… ¿Por qué no voy a poder yo empezar el año en este marzo casi abril? No sé si es el año del dragón, del ornitorrinco o de la suricata del Kalahari, poco me importa. Eso sí, me quedo con lo del 2019, más que nada por aquello del “año 9 vida nueva”.


Encima de que voy con retraso, este fin de semana sacudieron nuestros relojes los que mandan, hicieron que se nos cayera una hora, sin consultarnos siquiera, ¡una hora de tiempo!, que poco respeto se le tiene al tiempo, ¡cuando muchos pagarían todo su dinero por tan solo una hora! Empecé este post en un marzo casi abril y lo termino en este abril casi marzo, ¿qué le vamos a hacer?, el tiempo es efímero, fugaz, pasajero y en ocasiones un poquito cabrón.