Observadores Onanistas

domingo, 13 de diciembre de 2020

El otoño en la familia Dalton.

Se acerca el invierno y por pura lógica estacionaria el otoño va tocando a su fin. Para mí es un alivio, para mí el otoño es una época visualmente cansada, y supongo que lo será para todos los que formamos parte de la familia Dalton. Y no, no me estoy refiriendo al célebre grupo de forajidos del Viejo Oeste, ni tan siquiera a los personajes del dibujante Morris y sus aventuras y desventuras en la serie Lucky Luke. Con la familia Dalton, me refiero a todos los que formamos parte del descubrimiento del químico y matemático John Dalton, los que somos "Daltónicos por el mundo".

Poco o muy poco se sabe normalmente de esta jugarreta genética, a no ser que formes parte de la familia Dalton o conozcas a alguien dentro de la misma, por lo general se sabe que es un fallo en la percepción de los colores (hasta ahí bien) y lo más común es que se crea que sólo afecta al rojo y al verde. Pues no, sin entrar en nombres técnicos hay varios tipos de daltonismo y dependiendo de nuestro grado de daltonismo podemos tener problemas a parte de con el rojo y con el verde, también con el azul y el amarillo. Y lo que prácticamente nadie sabe es que un defecto en su mayoría en hombres, las mujeres puedes ser portadoras geneticamente pero es muy raro que sean daltónicas (es un rollo de cromosomas). Así que por si teníamos pocos defectos de fábrica uno más para añadir a lista de defectos de los "tíos".

Algunos ya conocíais mi desparrame con los colores, y los que os acabáis de enterar os pido un poco de clemencia, conmigo y con cualquiera de la familia Dalton, ya sé que no es fácil de entender que no podamos ver lo que vosotros veis con absoluta claridad, pero no nos pongáis a prueba cada vez que os enteráis... No se porque a la mayoría os da por la pregunta del "semáforo" (harto estoy ya de esta pregunta), ¿y en los semáforos como lo distingues?, coño!! El rojo siempre está arriba y el verde abajo!!, además particularmente yo no tengo problemas con los colores muy vivos, lo que yo suelo llamar "rojo Ferrari" y "verde pradera asturiana", esos los veo perfectamente, el problema es cuando llevan matices, mezclas, no son vivos, etc. Y una vez respondida la “pregunta semáforo" empezáis a mirar a vuestro alrededor y a preguntarme ¿y esto de que color es? ¿Y esto otro?. Y tú intentas responder por cortesía, forzando la maquinaria, tus ojos dicen una cosa y tu cerebro diciendo "no contestes eso, que eres daltonico joder!!", y comienza el caos en tu cabeza... No hagáis esto, para nosotros es un auténtico calvario!!

Recuerdo perfectamente cuando empezó el pseudo calvario (tampoco es cuestión de dramatizar), sería cuarto o quinto (de E.G.B of course), estábamos en clase y la maestra me preguntó por un color y yo respondí, obviamente la respuesta fue errónea, y ella me volvió a preguntar, y yo volví a responder lo que yo veía, se quedó paralizada, pensando, no se si pensaba que la estaba tomando el pelo o estaba buscando una solución, pero yo no entendía nada, y de repente se fue a buscar un libro y según venía hacía mi con él, sugirió que podría ser daltónico, puso el libro delante de mis narices, en el aparecía un círculo, lleno de puntos de varios colores, con un número en su interior (Test de Ishihara), era la primera vez que lo veía... Me preguntó si podía leer el número del interior y como ese si lo podía ver claramente, respondí con acierto, y la maestra sentenció con un: Tu no eres daltónico, tu lo que pasa es que no te sabes los colores. Lo que provocó el descojono general de toda la clase, acababa de declararme públicamente el gilipollas número uno, y me envió de un puntapié (emocional) a quedarme en el armario, en el armario del blanco y negro.

Y sucedieron los años, yo obviaba todo lo que tenía que ver con colores, no era nada fácil, los colores están más que presentes en nuestras vidas, y siempre surgen mil y una conversaciones alrededor de ellos, que yo siempre intentaba evitar, para no ser nuevamente el gilipollas número uno, como aquel día, en aquella clase, con aquella "maestra" ... Pero los colores están ahí, lo envuelven todo, y tus amigos, tus colegas, tu familia te hablan de colores continuamente, ¿has visto ese coche azul turquesa?, ¿no te mola esa camiseta verde pistacho?, ¿Tiene los ojos azul verdosos? O las peticiones: Traeme mi chaqueta marrón (hecatombe), por no hablar de las elecciones, elegir colores para vestirte (hecatombe al cuadrado), no sabes si lo estás haciendo bien o mal, si pega o no pega, te desesperas y al final para no fallar optas por el negro.

Y de repente un día, estás en el trabajo y te toca hacerte la revisión médica, lo típico, análisis de sangre, de orina, corazón, pulsaciones, tensión, oído y llegamos a la vista, y nuevamente delante de mi el Test de Ishihara (los circulitos llenos de puntos de colores, con números dentro), solo que esta vez, en vez de haber solamente uno, hay ocho, de ocho solo consigo ver el número del interior en dos, en los otros seis no veo absolutamente ningún número. Pero esta vez en vez de ser el gilipollas número uno, la médico lo despacha con: Tienes algún tipo de daltonismo.

Desde ahí ya no lo oculto, incluso en ocasiones me lo tomo a risas, me ha tocado pues ya está, es lo que hay, pero no os podéis ni imaginar el montón de barreras que hay para los daltónicos, ni la cantidad de cosas que hay divididas por colores y voy con los ejemplos, a mi me gusta bastante esquiar, bueno pues las pistas están divididas en dificultad por colores, verde-fácil, azul-moderado, rojo-difícil y negro-experto, pues a mi está tontería me ha costado más de una buena hostia (sobre todo al principio) por elegir la pista roja y no la verde, menos mal que al menos han tenido la deferencia de poner el negro para las pistas realmente jodidas, al menos este color lo distinguimos bastante bien. Sigo, cuando empezó todo el tema de la o.r.a (Ordenanza reguladora de aparcamiento), solo había líneas azules, ahora mismo hay líneas azules, verdes, naranjas y rojas (colores muy aptos todos para daltónicos vamos...) y llegar a una ciudad se hace muy complicado el aparcar, porque no sabes si puedes o no puedes, o en cuanto pongas el ticket te van a sangrar. Otra cosa muy "divertida" suele ser el metro, las líneas normalmente están divididas por colores... Aún guardo un grato recuerdo del de Londres (sarcasmo), menos mal que llevaba "guía turística", si no vete tú a saber dónde habría acabado. Y podría seguir, pero os invito a que observeis, que le presteis un poco de atención a vuestra vida cotidiana, lo comprobaréis por vosotros mismos, cosas tan simples como ir a un cajero y ponerte: "pulsa el verde para aceptar" ¿¿perdona?? ¿¿Donde cojones está el verde??. Para mí esto es un marrón!!! 

Empecé este post con "el otoño para mí es una época visualmente cansada", no digo que ni mejor ni peor, pero el otoño para los que nos gusta exageradamente la naturaleza es una época llena de matices en el campo, con paisajes dignos de visitar y fotografiar, pero también cargados de amarillos, marrones y naranjas. Tengo amigos "seteros", que en está época les encanta ir al campo en busca del Níscalo, boletus o cualquier otra seta, cuantas veces me habrán dicho, vente con nosotros!!, pero llevarme a mi a por setas es como llevar a un niño pequeño, cada vez que veo una como no distingo lo colores tengo que andar preguntando ¿y esta vale o no vale?, y esto se puede convertir en pesado para mi y para la otra parte, y como no pregunte es aún peor, puedo ir a por níscalos y volver a casa con la cesta llena de pedos de lobo (Lycoperdon perlatum), para mí ir a por setas es deporte de riesgo!!!
En la actualidad ya existen gafas que corrigen ciertos tipos de daltonismo, las he estado echando una ojeada y me han sorprendido, no sólo por su precio (que también), lo más impactante ha sido ver la cantidad de vídeos que pululan por Internet de daltónicos que se probaban las gafas por primera vez y se quedaban impresionados ante el mundo de colores que se abría ante sus ojos, llegando muchos de ellos a llorar y todo de la emoción, supongo que a mí estas gafas me llegarán en su momento de la mano de la persona adecuada (lo dejo caer por si cuela). Y mientras me llegan las gafas recordaré la frase más bonita que me han dicho nunca como daltónico. Estábamos viendo una puesta de sol espectacular, en un lugar idílico y "alguien" me dijo: Me gustaría estar viendo la puesta de sol con tus ojos, tienes la gran suerte de verlo distinto a como lo vemos todos los demás. 




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