Observadores Onanistas

miércoles, 6 de mayo de 2015

MI PRIMER MARATÓN.



Ahora que todo ha pasado, ahora que el objetivo de la rock and roll Madrid Maratón se ha conseguido todo parece más fácil pero si me pongo a tirar de disco duro, si empiezo a recapitular en mi memoria veo que nada más lejos de la realidad… Correr una maratón es algo durísimo que conlleva mucho sacrificio y mucho esfuerzo, al menos para el común de los mortales y yo me incluyo dentro de ese grupo con el agravante de que mi cuerpo queda muy lejos de la imagen que suele tenerse de un maratoniano,  sin que suene racista… no soy ni negro ni delgado…. Pero ahora puedo decirlo, ahora sí… Soy maratoniano!!!.

Como ya expliqué en un post anterior tuve que realizar cambios en mi forma de entrenar y en mi vida diaria para intentar atacar estos 42 km que nada tenían que ver con los 10 o 21 que había hecho hasta ahora. Han sido 5 meses de trabajo desde aquel 18 de noviembre que empecé con toda esta locura, si me paro a hurgar entre los números, encuentro: 30 sesiones de gimnasio con 1350 repeticiones en 9 máquinas diferentes, 40 km en cinta de correr, 120 km de elíptica, 290 km de bicicleta y 600 km corriendo por caminos y carretera… visto así es escalofriante… todo esto aderezado con unos cuantos ibuprofenos, geles, isotónicos y mucho hielo en las articulaciones.

Cualquiera que conozca un poco del mundo del corredor sabrá que en este deporte las lesiones están a la orden del día, y yo no fui una excepción, la primera fue en el tracto iliotibial (rodilla), bastante dolorosa por cierto, me dejó 20 dias fuera de los entrenos y me llevó a pasar por fisioterapia para destensar la cinta de la rodilla y al podólogo para un estudio de la pisada y realizarme unas plantillas, la segunda no fue una lesión en sí, una gripe común, con su fiebre y sus sudores me paralizó 10 días entre la enfermedad y la recuperación, ¡ojo con las defensas en corredores! Con la tontería los 5 meses de entrenamiento se quedan en 4 y los nervios afloran.

Durante los entrenamientos jamás pasé de 30 km en una sola sesión de carrera, esto hizo que a falta de un mes la angustia empezara a apoderarse de mí e incluso a plantearme una reducción del kilometraje…. A falta de 15 días la angustia se me había subido a la chepa, incluso por primera vez pensé en abandonar…

 
Y llegó el gran día, 26 de Abril de 2015,  el centro de Madrid cortado para más de 30.000 corredores de los cuales 8.000 son extranjeros (keniatas, italianos, ingleses, franceses…), el cielo amenaza lluvia y aunque no me guste francamente me da lo mismo, me he habituado a correr con lluvia, heladas, viento, rayos y centellas… es lo que tiene tener tan poco tiempo de entrenamiento, cuando tocaba entrenar no podía perder ni un solo día… Salgo desde atrás del todo de la línea de salida, donde ponen a los torpes para que no estorben a los verdaderamente buenos de este deporte, esto hará que al final nosotros hagamos más kilómetros que ellos... por fin se da el pistoletazo… avanti!!!

Empiezo a comer kilómetros con el único pensamiento de saber dosificarme, de nada sirve volverse loco, el objetivo es llegar, alguien que sabe de estas cosas me dijo que mucha parte de la carrera es cabeza, e intento entretenerla viendo el paisaje que me ofrece Madrid que es mucho, monumentos, edificios, cualquier cosa es válida, tengo la mente clara y despejada y multitud de puntos que conforman mi estrategia, en alguna parte leí que Guardiola usaba películas como Gladiator para motivar a sus jugadores y me pareció interesante, yo la noche antes de la carrera me vi “Invictus” y supongo que ese día me levante de alguna forma impregnado del espíritu de Nelson Mandela.

Tuve la suerte de tener a alguien portándome avituallamientos isotónicos, aunque estos ya los ponía la organización cada 5km, yo sé lo que me funciona, y ese día no estas como para experimentos, un producto que te siente mal puede hacerte una faena muy gorda, así pues me pasaron los isotónicos en el km 8, km 18 y km 30 para no llevar peso encima, solo me preocupé de coger agua de vez en cuando. También supone una motivación extra encontrarse con caras conocidas y no conocidas que te animan, que te aplauden y que te impulsan hacia la meta.

En carreras como estas todo va al milímetro y en tanto tiempo puede pasar de todo, tenía miedo de mis rodillas por lesiones anteriores, y me preocupaba mi espalda porque la semana antes me había dado una pequeña lumbalgia y unas décimas de fiebre, la verdad, la semana antes estaba hipocondriaco, al final ni una cosa ni otra, fue el gemelo derecho el que me dio mucha guerra, empezó a cargarse, a doler de forma intensiva,  los equipos de asistencia de la carrera me lo apañaron hasta en 3 ocasiones, réflex y a seguir funcionando hasta que el dolor volvía a ser insoportable. Mientras tanto podía ver a mi alrededor gente pasándolo realmente mal, gente que de repente se echaba las manos a alguna parte del cuerpo quejándose, gente cojeando, gente que se tenía que parar, algunos echándose a llorar porque la carrera había terminado para ellos, gente que se había cagado encima (literalmente).

Si los grandes tienen “liebres” por algo será… Mi liebre saltó a la pista en el km 30, un amigo, para acompañarme en el último tramo, alguien que ya ha corrido conmigo en alguna ocasión y con el que me entiendo perfectamente, que sabe cuándo hay que apretar y cuando hay que aflojar y encima con un alto poder optimista que sabe transmitir, cualquiera dice a estas alturas nada de rendirse….

Si al principio el día amenazaba de lluvia, luego empezó a “chispear”, después a llover y más tarde a “diluviar” y lo que empezó como algo semi-agradable ahora ya molesta, estoy de agua calado completamente, no queda ni una sola parte de mi cuerpo sin mojarse, en algunos puntos incluso molesta a la vista, pero ya a estas alturas todo me da igual, estoy en los últimos kilómetros (encima de subida) de una maratón que los corredores experimentados consideran dura y que los que intentan hacer marca prefieren evitar porque en Madrid es imposible por la altimetría de la carrera. 

Los temas musicales que he preparado para la carrera siguen sonando en mis cascos, entremezclándose con los kilómetros que me va cantando el gps, y suena Metallica, Offspring, Manowar, AC/DC, Ska-p, Fito, Izal o LA M.O.D.A… incluso canto a grito pelado algún trozo, provocado alguna risa entre los presentes, actitud positiva, estamos llegando.... 




Dedo al cielo y cruzo meta, ni soy el primero, ni he hecho plusmarca mundial, ni siquiera saldré en los periódicos de mañana, pero es una historia de alcanzar cumbres, de los frutos de la perseverancia, de que los sueños son posibles si te atreves a vivirlos, de hacer cima en mi Everest particular, de cómo hice mi primera maratón y no morí en el intento.




Las fotos son cortesía de Maider Merino, Cristina Marín, Web oficial Rock and roll Madrid Maratón y Patricia García.
El video es cortesía de Blanca Alonso.





4 comentarios:

  1. Nos has demostrado q eres un valiente y un luchador, q con perseverancia se pueden conseguir metas impensables.Q orgulloso tienes q estar de ti mismo!!!
    Enhorabuena maratoniano.!!!!!
    Si para ti fue un día grandioso, para mi fué muy omotivo.Gracias por hacerme participe de" tu gran aventura".
    Valiente, q eres un valiente!!!
    Maratoniano , q ya eres MARATONIANO!!!!

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    1. Es cierto que uno se siente orgulloso cuando todo sale bien. Gracias por leerme.

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