Ahora
que todo ha pasado, ahora que el objetivo de la rock and roll Madrid Maratón se
ha conseguido todo parece más fácil pero si me pongo a tirar de disco duro, si
empiezo a recapitular en mi memoria veo que nada más lejos de la realidad…
Correr una maratón es algo durísimo que conlleva mucho sacrificio y mucho
esfuerzo, al menos para el común de los mortales y yo me incluyo dentro de ese
grupo con el agravante de que mi cuerpo queda muy lejos de la imagen que suele
tenerse de un maratoniano, sin que suene
racista… no soy ni negro ni delgado…. Pero ahora puedo decirlo, ahora sí… Soy
maratoniano!!!.
Como ya
expliqué en un post anterior tuve que realizar cambios en mi forma de entrenar
y en mi vida diaria para intentar atacar estos 42 km que nada tenían que ver
con los 10 o 21 que había hecho hasta ahora. Han sido 5 meses de trabajo desde
aquel 18 de noviembre que empecé con toda esta locura, si me paro a hurgar
entre los números, encuentro: 30 sesiones de gimnasio con 1350 repeticiones en
9 máquinas diferentes, 40 km en cinta de correr, 120 km de elíptica, 290 km de
bicicleta y 600 km corriendo por caminos y carretera… visto así es
escalofriante… todo esto aderezado con unos cuantos ibuprofenos, geles,
isotónicos y mucho hielo en las articulaciones.
Cualquiera
que conozca un poco del mundo del corredor sabrá que en este deporte las
lesiones están a la orden del día, y yo no fui una excepción, la primera fue en
el tracto iliotibial (rodilla), bastante dolorosa por cierto, me dejó 20 dias
fuera de los entrenos y me llevó a pasar por fisioterapia para destensar la
cinta de la rodilla y al podólogo para un estudio de la pisada y realizarme
unas plantillas, la segunda no fue una lesión en sí, una gripe común, con su
fiebre y sus sudores me paralizó 10 días entre la enfermedad y la recuperación,
¡ojo con las defensas en corredores! Con la tontería los 5 meses de
entrenamiento se quedan en 4 y los nervios afloran.
Durante
los entrenamientos jamás pasé de 30 km en una sola sesión de carrera, esto hizo
que a falta de un mes la angustia empezara a apoderarse de mí e incluso a
plantearme una reducción del kilometraje…. A falta de 15 días la angustia se me
había subido a la chepa, incluso por primera vez pensé en abandonar…
Y llegó
el gran día, 26 de Abril de 2015, el
centro de Madrid cortado para más de 30.000 corredores de los cuales 8.000 son
extranjeros (keniatas, italianos, ingleses, franceses…), el cielo amenaza
lluvia y aunque no me guste francamente me da lo mismo, me he habituado a
correr con lluvia, heladas, viento, rayos y centellas… es lo que tiene tener
tan poco tiempo de entrenamiento, cuando tocaba entrenar no podía perder ni un solo día…
Salgo desde atrás del todo de la línea de salida, donde ponen a los torpes para
que no estorben a los verdaderamente buenos de este deporte, esto hará que al
final nosotros hagamos más kilómetros que ellos... por fin se da el pistoletazo…
avanti!!!
Empiezo
a comer kilómetros con el único pensamiento de saber dosificarme, de nada sirve
volverse loco, el objetivo es llegar, alguien que sabe de estas cosas me dijo
que mucha parte de la carrera es cabeza, e intento entretenerla viendo el
paisaje que me ofrece Madrid que es mucho, monumentos, edificios, cualquier
cosa es válida, tengo la mente clara y despejada y multitud de puntos que
conforman mi estrategia, en alguna parte leí que Guardiola usaba películas como
Gladiator para motivar a sus jugadores y me pareció interesante, yo la noche
antes de la carrera me vi “Invictus” y supongo que ese día me levante de alguna
forma impregnado del espíritu de Nelson Mandela.
Tuve la
suerte de tener a alguien portándome avituallamientos isotónicos, aunque estos
ya los ponía la organización cada 5km, yo sé lo que me funciona, y ese día no
estas como para experimentos, un producto que te siente mal puede hacerte una
faena muy gorda, así pues me pasaron los isotónicos en el km 8, km 18 y km 30
para no llevar peso encima, solo me preocupé de coger agua de vez en cuando.
También supone una motivación extra encontrarse con caras conocidas y no
conocidas que te animan, que te aplauden y que te impulsan hacia la meta.
En
carreras como estas todo va al milímetro y en tanto tiempo puede pasar de todo,
tenía miedo de mis rodillas por lesiones anteriores, y me preocupaba mi espalda
porque la semana antes me había dado una pequeña lumbalgia y unas décimas de
fiebre, la verdad, la semana antes estaba hipocondriaco, al final ni una cosa
ni otra, fue el gemelo derecho el que me dio mucha guerra, empezó a cargarse, a
doler de forma intensiva, los equipos de
asistencia de la carrera me lo apañaron hasta en 3 ocasiones, réflex y a seguir
funcionando hasta que el dolor volvía a ser insoportable. Mientras tanto podía
ver a mi alrededor gente pasándolo realmente mal, gente que de repente se
echaba las manos a alguna parte del cuerpo quejándose, gente cojeando, gente
que se tenía que parar, algunos echándose a llorar porque la carrera había terminado
para ellos, gente que se había cagado encima (literalmente).
Si los
grandes tienen “liebres” por algo será… Mi liebre saltó a la pista en el km 30,
un amigo, para acompañarme en el último tramo, alguien que ya ha corrido
conmigo en alguna ocasión y con el que me entiendo perfectamente, que sabe
cuándo hay que apretar y cuando hay que aflojar y encima con un alto poder
optimista que sabe transmitir, cualquiera dice a estas alturas nada de
rendirse….
Si al
principio el día amenazaba de lluvia, luego empezó a “chispear”, después a
llover y más tarde a “diluviar” y lo que empezó como algo semi-agradable ahora
ya molesta, estoy de agua calado completamente, no queda ni una sola parte de
mi cuerpo sin mojarse, en algunos puntos incluso molesta a la vista, pero ya a
estas alturas todo me da igual, estoy en los últimos kilómetros (encima de
subida) de una maratón que los corredores experimentados consideran dura y que
los que intentan hacer marca prefieren evitar porque en Madrid es imposible por
la altimetría de la carrera.
Los
temas musicales que he preparado para la carrera siguen sonando en mis cascos, entremezclándose
con los kilómetros que me va cantando el gps, y suena Metallica, Offspring, Manowar,
AC/DC, Ska-p, Fito, Izal o LA M.O.D.A… incluso canto a grito pelado algún trozo,
provocado alguna risa entre los presentes, actitud positiva, estamos llegando....
Dedo al cielo y cruzo meta, ni soy el primero, ni he hecho plusmarca mundial, ni siquiera saldré en los periódicos de mañana, pero es una historia de alcanzar cumbres, de los frutos de la perseverancia, de que los sueños son posibles si te atreves a vivirlos, de hacer cima en mi Everest particular, de cómo hice mi primera maratón y no morí en el intento.
El video es cortesía de Blanca Alonso.
Chapó !!!
ResponderEliminarMerci. Gracias por leerme.
EliminarNos has demostrado q eres un valiente y un luchador, q con perseverancia se pueden conseguir metas impensables.Q orgulloso tienes q estar de ti mismo!!!
ResponderEliminarEnhorabuena maratoniano.!!!!!
Si para ti fue un día grandioso, para mi fué muy omotivo.Gracias por hacerme participe de" tu gran aventura".
Valiente, q eres un valiente!!!
Maratoniano , q ya eres MARATONIANO!!!!
Es cierto que uno se siente orgulloso cuando todo sale bien. Gracias por leerme.
Eliminar