Leonardo
da Vinci decía que “Una vez que hayas probado el vuelo siempre caminarás por la
tierra con la vista mirando al cielo, porque ya has estado allí y allí siempre
desearás volver”… por esto y por muchas otras cosas Leonardo es uno de mis
genios preferidos.
Desde
siempre me gustó volar en cualquiera de sus formas, porque todo es diferente
visto desde arriba, cuanta envidia me dan los pájaros, ellos pueden andar y
pueden volar… Yo corro y corro pero nunca logro despegar….
No veo
el momento que me lleve de vuelta al cielo… Hasta en los encajonamientos de las
butacas de las líneas aéreas de low cost yo he tenido mi chute de libertad que
solo me proporciona el volar por los
aires, donde otros han sufrido yo he gozado, porque los placeres celestiales son
personales e intransferibles.
Y mira
que hay opciones de vuelo; aviones, helicópteros, planeadores, parapente, ala
delta, paracaidismo…. Muchos los tengo mirados y remirados, el problema es que
volar es jodidamente caro, primero los cursos o cursillos, para algunos
necesitarás posteriormente licencias y ya no hablemos de los equipos… como
siempre el lujo al alcance de unos pocos. Si mi cerebro y el bolsillo de mis
padres hubiesen estado más llenos posiblemente mi vida se habría encaminado por
el aire… pero ni lo uno ni lo otro.
No sé
si es cosa del subconsciente o que conscientemente mi mente consiente pero
muchas veces sueño que estoy volando y para esto sí que no hace falta ni plata
ni moneda, surco los cielos con más o menos suerte dependiendo del sueño, a
veces pudiendo dirigir mi rumbo y en otras con el piloto automático, y veo
paisajes, campo, montes, pueblos o ciudades reales o imaginarios… pero luego
despiertas y se acabó lo que se daba, y no sabes si sentirte satisfecho porque
de alguna forma lo has vivido o sentirte desgraciado porque era todo una irreal
pantomima.
Si me
pongo a buscar la manera de describir lo que siento al volar, copio y pego lo
que decían los protagonistas de Trainspotting sobre la heroína; “Coge el mejor orgasmo
que hayas tenido, multiplícalo por mil y ni siquiera andarás cerca”…. Mi
heroína es volar.
También
se puede volar en tierra, pero son lapsus momentáneos, insignificantes
temporalmente, por esos hay que repetirlos cientos y cientos de veces…. ¿a quién
no le gusta que le hagan volar?
Mientras
me llega mi momento, y por intentar de alguna manera acercarme a las nubes, me
he hecho con una cometa, es la versión pobre del vuelo pero es lo que hay,
incluso ya he salido 2 dias a intentar hacer que vuele pero no ha habido suerte
que durase más de un minuto y no sé si será cosa del viento, de la
termodinámica o que soy torpe de cojones… Pero estoy seguro que en cuanto lo
consiga, los hilos de la cometa transmitirán a mis brazos y después a mi cuerpo
esa paz, esa libertad y esa enormidad que solo se experimenta cuando estás
volando.