Con la que está cayendo seguro que más de uno por el título
se ha pensado que voy a hablar de política y más concretamente de Pablo
Iglesias, pero nada más lejos de la realidad, esta no es la historia de otros,
es la mía propia, la mía y la de mi coleta, que no será tan famosa como la de
Pablo pero es la historia que hoy me apetece contar, la de erase un hombre a
una coleta pegado.
Los que me conocen personalmente sabrán de la existencia de
mi coleta, pero no todos sabrán que toda esta historia la empezó mi madre
cuando solo era un criajo que ni siquiera había llegado a la época de las
espinillas y los picores. Por aquel entonces solo era un hilo delgado y
estrecho que mi madre se afanaba diariamente en embadurnar de agua oxigenada consiguiendo
así un rubio natural (de bote, pero natural como la vida misma). Estaba
encantado con mi coletilla rubia, era mi seña de identidad, mi diferencia con
el resto. Hasta los actos de ira repentina de algunos profesores eran
diferentes para un niño con coletilla, me libré de tortazos, tirones de patilla
y capones, a mí me correspondían tirones de coleta.
Más tarde… iba a decir que el destino me llevo a un colegio
de curas, pero no, en realidad los que me llevaron fueron mis padres (sin
rencores)… No tuve que hacer ninguna prueba de acceso, ni juramento ni nada
parecido de pobreza, obediencia y castidad… Eso sí, instaron a mis padres
libremente a seccionar esa coletilla rubia del demonio… imagino que
también les sacarían los cuartos religiosamente para que pudiese ingresar una
vez despojado de mis indecencias mundanas… El caso es que luego nos mandaban
rezarle a un tío con greñas que parecía el cantante de Extremoduro!!! Mundo
raro este…
Cuando por fin salí de” la cárcel” estaba tan enrabietado
con aquel mundo de paz de falsedad, que lo único que me apetecía era revelarme
contra el sistema, quemar iglesias, hacer ritos satánicos y lujuriosos y vender
mi alma al diablo, pero aquello era tanto jaleo que al final opté por cambiar
de dios y adoré al todopoderoso rock and roll, llené mis venas de Calimocho y
los pelos volvieron a crecer al ritmo de los decibelios (pueden dar fe los
vecinos...)(de los decibelios digo), fueron años duros… Los pelos
que en ese momento crecieron descontroladamente acabaron tornándose en coleta,
estábamos otra vez como al principio…
Y transcurrieron como 20 años de felicidad plena entre mi
coleta y yo, toda una vida, más que muchos matrimonios… Si esa coleta hablara…
Por supuesto que no todo fue felicidad, hubo muchos sacrificios, solo los que
llevan o han llevado el pelo largo saben de lo que hablo, lavado diario,
desenredar, secar (sobre todo en invierno)… Eso lleva mucho tiempo por eso
siempre llegaba tarde a mis citas (a ver que excusa me invento ahora). También
tuve que renunciar a cosas por ella, todos somos muy modernos, muy liberales y
muy abiertos (los cojones!!!)… Yo he tenido que rechazar trabajos porque me
obligaban a cortarme la coleta, y me lo decían así, abiertamente: empiezas a
trabajar mañana pero te cortas la coleta… Curiosamente trabajos donde también
trabajaban chicas con el pelo largo… Finalmente ahí se quedaban ellos con sus
trabajos de mierda…
Otra de las cosas a las que tuve que renunciar es a las
discotecas de moda, siempre era la misma historia, me denegaban el acceso, a
veces con las excusas más ridículas; tu no porque llevas zapatillas (como en la
canción), tu no porque llevas gayumbos azules, tu no porque eres signo leo… al
final era por la coleta, las “pintas” son las pintas”… realmente tampoco creo
que me haya perdido mucho, las pocas en las que he conseguido entrar no me han
entusiasmado demasiado, a mi dame pubs, tabernas, cervezas, buena música y
conversación y que se metan sus discotecas de diseño y moda por donde les
quepa. Si hablamos de “pintas”, hablamos también de cacheos policiales… Es
posible que ostente el record o al menos este entre las 10 primeras personas
con más cacheos policiales en ciudades distintas… Es que ciudad a la que iba,
ciudad que me cacheaban!!! Ya era llegar a una ciudad nueva ver un coche
patrulla y decir; venga vale, ya sabéis que he llegado, cachearme… Dejar que
los guardias se acerquen a mí!!!
Me han llamado León (por las melenas), coletas, el pelos, el
hippy, incluso unas vez tuvimos un equipo de futbito y por llamarme a mí el
hippy se pusieron de nombre “los hippiones”… Últimamente le daba a la gente por
asociar mi voto con el de Podemos ya que tanto su líder como yo llevamos
coleta… Que es como para decirles; claro, por esa regla de tres tú que tienes
cara de gilipollas votas a Mariano… El caso es que me daba absolutamente igual
como me llamasen, si alguno lo hizo con mala intención le salió el tiro por la
culata.
Me cansé de la coleta y corté por lo sano…
Y a la gente le da por decirte que si la edad, que si ya estás mayor… Y una mierda!!!
Me siento tan joven o más que cualquier chaval de 20 años, con la única
diferencia que yo no salgo de fiesta entre semana ni me bebo hasta el agua de
los floreros… Las cosas suceden cuando tienen que suceder y a mí ya me
apetecía, andaba con necesidad de cambios en mi vida y como dice una buena
amiga mía: empezar por el tejado es una forma tan válida como cualquier otra….
Renovarse o morir.
Todavía estoy adaptándome, todavía hay veces que echo mano
atrás para después darme cuenta que no está, todavía voy a la ducha e intento
quitarme una goma de pelo que no existe… Supongo que hay cosas que echaré de
menos, como por ejemplo que me toquen el pelo, otros lo odiarán pero a mí me
mola, las niñas (y las que no eran tan niñas) tenían la costumbre de acercarse
por detrás y ponerse a jugar con el pelo, la cosa casi siempre acababa en
trenza… Unos me dicen que me ven más guapo (la gente es muy mentirosa), otros
que mejor así, otros que me ven más joven… También tengo a 2 sobrinas enfadadas
que no han podido ni ver el video del “coleticidio”, para ellas era su tío el
de la coleta… bueno, ya se acostumbrarán, como lo estoy haciendo yo, porque al
fin y al cabo pelo arriba pelo abajo, soy yo, sigo siendo el mismo!!!