Observadores Onanistas

lunes, 7 de marzo de 2016

A VUELTAS CON EL CORAZÓN.

Dice el refrán que donde no hay mata no hay patata…. Algo así como que del que no tiene “luces” no se puede esperar más… Pero yo no lo tengo tan claro, creo que esto daría para una clase entera de filosofía, bueno o al menos para una tarde-noche completa de cervezas y conversación animosa en el bar con los amigos.

Para empezar encuentro una extraña similitud entre mata-cabeza y entre patata-corazón, y empiezo a darle vueltas a la “mata”, y me doy cuenta de que extrapolándolo a personas existen unas cuantas variantes, hay gente con mata, incluso con mucha mata, pero carecen de patata, está claro que no todas las plantas llegan a dar fruto, hay gente que son todo patata, estos al menos algo de mata tendrán, si no sería imposible, supongo que los grandes serán solo aquellos que combinen perfectamente una buena mata con una buena patata, pero para conseguir eso entran en juego determinados factores; genética, tipo de tierra, agua, sol, fertilizantes, climatología… (Genes, ambiente familiar, amigos, educación, dinero, incluso suerte…).

 Reconozco que yo soy casi todo patata, no sé si es que tengo poca mata o que mi mata no da para más… el caso es que soy casi todo patata (espero que a la peña no le dé por llamarme Mr. Potato). Lo mismo es cosa del riego… Si hay mayor riego en el hemisferio izquierdo consigues mejor mata (lógica, razonamiento, números…), si por el contrario hay más riego en el hemisferio derecho tienes más patata (Emociones, música, imaginación, creatividad…). Esto ya entrando en un contexto en el que el corazón es parte del cerebro y no solo corazón en sí (se complica la cosa).

No es mejor ni peor, cada uno es como es, cada uno tiene lo que tiene, con sus virtudes y sus carencias… Los que tiramos de patata, somos impulsivos, instintivos aunque a veces no exista ni razón, ni lógica o sea una puta locura... Nos movemos por corazonadas, donde el corazón nos manda y como el corazón es una víscera, roja, pero víscera al fin y al cabo normalmente somos viscerales. Para nosotros la razón es un lugar frio e inhóspito al que nos cuesta entrar, no somos cocodrilos, nuestra patata ruge con fuerza, seremos otras cosas pero desde luego no unos “sin sangre”, somos animales de sangre caliente por lo tanto le ponemos corazón a todo lo que hacemos.

Ser de patata te obliga a hacer o decir las cosas porque sí, porque te apetece hacerlo o decirlo, porque en ese momento te parece lo correcto o sientes la imperiosa necesidad, o simplemente porque así ha surgido, y en ocasiones hasta sale bien, en otras nos lleva a meter la pata hasta el fondo, a cagarla y llenar todo de mierda si hace falta, porque la patata cuando bombea sigue bombeando igual para lo bueno y para lo malo, luego ya si eso (si la cagada ha sido lo suficientemente gorda) intentamos tirar de mata, recapitular, pensar si hemos estado equivocados o no y en ocasiones incluso recular posteriormente (en el momento es raro, somos viscerales). Los de patata no somos fans de quedarnos con las ganas, no somos de arrepentirnos por no haber hecho algo, somos más de cargar con las culpas por lo sucedido.

La patata y las emociones van de la mano y aunque debería ser una cosa normal mostrar tus emociones hay que ponerle mucho cuidado, si dejas a tu patata dar rienda suelta a tus emociones seguramente te tachen de débil, de ridículo, memo o vete tú a saber… No queda otra que echarle el freno a la patata, este mundo no es tan humano como parece… Recuerdo un cursillo que me tocó hacer sobre Dirigir y liderar equipos humanos donde el “coach” le daba demasiada importancia a la inteligencia emocional, el caso es que en el último día de clase y delante de todos me soltó un: -tú llegarás muy lejos…  Lo que hizo de primeras morirme de la vergüenza, lo segundo… No sé qué coño vería este buen hombre en mí, pero a estas alturas de la vida ni siquiera he salido del continente, asique muy lejos muy lejos tampoco… como futurólogo una puta mierda!!! Y tercero con exceso de patata en el equipaje es más fácil que te hieran y eres más vulnerable.

Sería la leche tener el equilibrio perfecto entre mata y patata, que la cabeza entrase en defensa del corazón cuando hiciese falta o al contrario pero eso requiere mucho control de uno mismo y si hay control ya estás frenando patata, incluso en algunos casos no dependería ni de nosotros mismos, a veces no se tiene una cosa u otra, en algunos casos ninguna de las 2… Me viene a la memoria una anécdota que me encanta (y que seguramente no sea real) en la que en una reunión de gente famosa coincidieron Albert Einstein y Marilyn Monroe. Marilyn le dijo a Einstein: -Podíamos tener un hijo, con tu inteligencia y mi belleza, sería increíble!!! A lo que Einstein la contestó: - Y si sale con mi belleza y tu inteligencia qué???....

En ocasiones veo matas…


En ocasiones veo matas, sin patatas….





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