Observadores Onanistas
martes, 19 de febrero de 2013
Que me lleven al huerto....
A día de hoy, está sin lugar a dudas dentro del ranking de "mis sitios preferidos". Recuerdo de niño como mi padre cuidaba y mimaba su huerto, actitud que ni compartía ni comprendía, de hecho cuando lo acompañaba se trataba mas de una obligación que de una satisfacción, y miraba al reloj con afán de ver las horas pasar y abandonar el lugar, supongo que en aquellos años mi prioridad estaba en jugar a la pelota, o cazar grillos o lagartijas..... el paso del tiempo y las casualidades de la vida hizo que hace unos años me viese envuelto en la posibilidad de convertirme en hortelano a tiempo parcial, idea que no me agradaba en modo alguno y de la que ahora mismo me siento agradecido de que me sucediese. Pocos sitios hay que me reconforten tanto, pocos sitios hay con tanta riqueza material y espiritual, hasta su luz es especial, posiblemente hay mucha gente que no me comprenda, nose si es una cuestión de sentimientos, de esfuerzos recompensados rápidamente con explosiones constantes de vida, de conexión con la madre tierra, de ciclos.... es curioso como a pesar de el duro trabajo físico que aveces conlleva, en el alma, en la mente regreso con las pilas cargadas. Posiblemente, si me deja la vida, este no será el único post que haga sobre el huerto pues me reporta muchas satisfacciones. Tampoco quiero llamar a la gente a engaño, hay quien solo ve en estas cosas el negocio, no es mi caso, si yo enumerase el gasto de las plantas, el agua, el tiempo que invierto etc, me saldría muchísimo mas barato ir a cualquier supermercado, sección verduras, obviamente el resultado tampoco es el mismo, ni en sabor, ni en frescura, añadele ademas que yo sí sé lo que me meto en la boca, donde ha estado, su tratamiento, su composición.
Será una cuestión de inversión muy importante en nuestros dias, ¿donde invertiste tu este sábado?, ¿en cine?, ¿bares?, otro día lo haré yo, pero este sábado, quité las sobras de remesas anteriores, lo limpié, carretilla en ristre aboné mi huerto (lo llené de mierda de gallina), y despues lo aré, me llevó todo el dia, y agujetas domingueras, pero invertí en gozo, en satisfacción y salí entre sombras con una gran sonrisa de uno de mis sitios preferidos.
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