Necesitaría
al menos 100 vidas para conocer todos los lugares de cuento y encanto y locales
gastronómico-festivos que esconde la gran Madrid, necesitaría también los 100
hígados de esas 100 vidas y además una tarjeta black… posiblemente ni siquiera
en esas 100 vidas me daría tiempo, porque unos nuevos establecimientos abrirían otros tantos
echarían el cierre, algunos se pondrían de moda y otros caerían en el moho y en
el polvo del olvido… mientras me llegan esas 100 vidas con sus 100 hígados y mi
tarjeta black, disfrutaré de la que tengo.
Mi
última escapada a la capital del reino resultó ser bastante provechosa y sobre
todo divertida, habíamos quedado a comer en el Restaurante “Bistro y no bistroblablabla” de la calle Prim, en pleno centro, al parecer su propietario es
Santiago Segura (esto no lo tengo confirmado, asique es posible que meta la
gamba), pero si es cierto lo del propietario esperaba algo más divertido y
transgresor… por ejemplo el plato “nos hacemos unas pajillas” o “el Fary es
Dios”… la verdad no comimos mal, y el precio fue lógico, quitando esto nada más
que reseñar, restaurante normal, con decoración normal y unos camareros más
perdidos de lo normal…. El tercer vino que pedimos por fin lo tenían.
Paseíto
por un barrio de chueca, que si está así de gente un sábado cualquiera no me
quiero ni imaginar cómo se pondrá en el día del orgullo… salía gente hasta
debajo de la gente que había debajo de las piedras… menudo ambiente (dicho
desde el cariño), la verdad, el barrio respira vida por los cuatro costados, me
gustó bastante, invita a salir, a pasear, a comprar.
Nos
dirigimos a un local de moda, Gymage, que no sabemos si es un gimnasio, una
cafetería, una cafetería de un gimnasio…. Llegamos, cogemos un ascensor que nos
lleva hasta la planta de arriba, y allí nos encontramos una mega terraza, a
diferentes alturas, con adornos acuáticos y alfombrado en césped artificial,
con varías barras de copas, mobiliario blanco ibicenco de diseño, taburetes
puff, sofás, y vistas urbanas del centro… Como logramos hacernos con sitio y
tampoco resultó ser un lugar demasiado caro (para el centro) nos pasamos allí
gran parte de la tarde, además una vez que consigues mantener el equilibrio en
un asiento de diseño ya todo es pan comido.
Había
que picar algo, pues nos esperaba un concierto, y es importante entretener al
estómago con algo sólido… Nos aseguraron que en la cafetería Nebraska de gran
vía se servían los mejores perritos calientes de todo Madrid, tampoco puedo
confirmar que sean los mejores perritos, creo que es el único que me he comido
en la capital… pero sí que es verdad que me supo a gloria, a teta o como cada
cual prefiera… Además en la cafetería nos encontramos con la actriz Gemma Cuervo, que los de allí estarán acostumbrados, pero a los que llegamos por la
mañana del pueblo, con la cesta de la gallina en un brazo y una oveja en el
otro y no sabemos por dónde cruzar el semáforo, nos impresiona bastante.
Conciertazo
de La Maravillosa Orquesta del Alcohol en la Sala Sol (esto casi da para otro
post).
Y como
colofón al crimen perfecto… el Toni 2…. Hacía tiempo que no me encontraba con
un local tan…. Bohemio??, bizarro??, casi no encuentro palabras para
describirlo, el Toni 2 es un local aparentemente con nada especial, entramos,
lleno hasta las cartolas…. No le encuentro el punto, por la decoración no es un
pub y por las luces tampoco, más bien parece una cafetería, está tan lleno que
parece que estés bailando reguetón de tanto froteo… al final diviso el corazón
y el significado del Toni 2… como si
fuese una sala aparte, doblando una esquina, te encuentras un piano enorme, el
mismo piano hace las veces de mostrador para muchas de las copas, y todos se
ponen alrededor del pianista a cantar a coro, y te encuentras con gente de 20
años y de 60, componiendo el coro más multicultural que jamás he visto, pero
esto da igual, y que el sonido sea como el culo también da igual, la gente ha
venido a divertirse y a olvidarse de sus problemas, y se van sucediendo los
temazos: “Con dinero y sin dinero”, “Clavelitos”, “La abeja Maya”… lo que se
nos ocurra, las que se sabe todo el mundo, y sinceramente con las que más te
diviertes a ciertas horas de la mañana, y el alcohol, la música y las risas nos
inundan y ves a la gente de 20 años y a los de 60 con una sonrisa de oreja a
oreja... repetiría este local sin lugar a dudas, y cantar hasta desgañitarnos y
pedirnos la penúltima…