Hacía tiempo que nuestros caminos no se cruzaban, casi ya te había borrado del disco duro de mis recuerdos, pero el destino, el azar o mi estupidez navideña hizo que una vez más volviese a caer en tus brazos.... Como siempre, aparecistes sin ser llamada, te presentas en mi casa a altas horas, yo como siempre desprecio tu visita, y sugiero que te vayas, haciendo uso de todos tus poderes te cuelas en mi cuarto, me engatusas y sin saber como te envuelves en mis sábanas y me acaricias, me posees, me acaparas. Inevitable es volver la vista atrás y hurgar en los recuerdos, ¡cuantos momentos compartimos!, era joven e inexperto y te aprovechabas continuamente de mi cándida inocencia, la ventaja esque no me dolía tanto tus vaivanes, tus idas y venidas me importaban un pimiento, y te dejaba un sitio en mi cama, por si aparecieras...
Fueron momentos de juventud, de diversión, de búsqueda , de conocimientos, de experimentaciones, buscando a veces los límites.... lo pasamos bien. Pero no te elegí, no quiero pasar el resto de mi vida contigo, no soporto tus continuas explosiones, tengo la ligera sospecha de que nunca me abandonarás del todo, y buscarás cualquier excusa barata para inmiscuirte en mi vida, mientras tanto te abriré la puerta, nunca me gustó ser descortés, retozaremos juntos y nos encontrará el amanecer entrelazados, te invitaré a desayunar, y esperaré el momento en el que decidas una vez mas abandonarme, saldré a despedirte hasta la próxima y con una gran sonrisa, te lanzaré un beso y te susurraré al oido; BYE, BYE, RESACA.
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