Ruta del Quesu y de la Sidra.

Vista en Asiego.

Mira que llevo años visitando Asturias, sus parajes, sus lugares, sus rincones, sus entrañas… es la suerte de tener un paraíso natural a tiro de piedra, si el tiempo y la autoridad me lo permiten seguiré indagando y entrometiendo mis narices en estas tierras. El caso es que a veces te llega o no la información oportuna de sitios y parajes a los que visitar, dependiendo de la alineación de los astros del boca a boca o de la conjunción de los planetas de los posicionamientos en internet, yo por ejemplo gracias a tripadvisor me enteré este año de la existencia de "La Ruta del Quesu y de la Sidra"

A tan solo un “silbido de pastor” de otra mítica ruta, La del Cares, se encuentra el pueblo de Asiego, punto de inicio y final de esta ruta que nos traemos entre manos, con los Picos de Europa como vecinos y en plena comarca de la tierra media de Cabrales, rodeado como no podía ser de otra manera de verde Asturiano y con unas vistas que te dejan mudo, para paladear y rumiar posteriormente en nuestra memoria cuando nos veamos envueltos de cemento hasta el cuello.

La cueva de los quesos.

Quesos hibernando.

  Pistoletazo de la Ruta, empezamos visitando una pequeña quesería donde nos explican la elaboración del queso de Cabrales, el tipo de leche que lleva o puede llevar, los requisitos que tienen que cumplir de calidad y por estar dentro de una denominación de origen etc.

Continuamos paseando por el pequeño pueblo y el guía (que por cierto ahora no recuerdo su nombre) nos va contando de forma muy cercana como se organizan los distintos elementos en Quintanas en lugar de por calles, vamos recorriendo pequeños tramos de terreno parando a cada poco con una nueva descripción o información del terreno, cada consulta o duda es eficazmente contestada con la verdad de alguien que sabe de lo que está hablando, con la sinceridad del que ama su trabajo y no del que está ahí porque hay que estar, jamás en todos mis años de visita a Galicia y Asturias tuve una descripción tan exhaustiva y completa de la función del hórreo.

Nos encaminamos a las afueras del pueblo y ascendemos un camino hacia los campos, aquí toca hablar de las tierras, de sus divisiones, de sus usos en las distintas épocas (invernales), de sus trabajos y labores, también del pastoreo en las montañas y los montes comunales que es algo así como los pastos, describe también el tipo de ganado de la zona, e incluso el mismo es poseedor de un pequeño grupo de animales.

Clase práctica de la ruta.

Bajamos un pequeño sendero, algo más escondido entre pequeña vegetación y llegamos a la Cueva donde se conservan los quesos, nos cuentan el proceso de maduración, las maniobras que requieren, el porqué de guardarse en cuevas, las características que deben reunir las mismas para ser la idóneas, etc.

Lugar de elaboración de la Sidra

El recorrido es un poco más rápido en cuanto a la parte tratante de la Sidra, supongo que el ir en fechas de elaboración/recolección elevará aún más el valor emocional de esta visita, nos hablan de las variedades de manzanas empleadas, de los campos de manzanos (Pumaradas), (no confundir con una manada de pumas), y llegamos a el Lagar (Llagar) donde proyectan un video demostrativo de todo el proceso de la Sidra desde el campo hasta la botella y todos los pasos intermedios, por supuesto con degustación “sidreral” porque no solo de información vive el hombre.

Degustacion sidreral en el llagar

Dejando atrás la fase formativa de la visita se pasa directamente y para alegría de los presentes a la fase práctica, nos encontramos con una mesa llena de viandas locales; fabes con bacalao, tortos de maíz, ensalada, queso de cabrales, picadillo, carne guisada, pan y postres, todo con sabor casero, todo con el gusto que proporciona el esmero, es imposible describir esto, hay que ir y probarlo, todo regado con su sidra y con su amabilidad, cuidando hasta el mínimo detalle, hasta menú y pan para celiacos intentando no dejar a nadie fuera de esta ruta, es cierto que no puedo tener más que palabras de gratitud, pues si sigo con la ristra de detalles entre otros no tuvieron reparos en mandar venir a un coche para recoger a gente mayor que no se veía convencida de completar a pie el retorno de la ruta, igual que no tuvieron reparos en darnos la receta de los tortos que nos supieron a gloria bendita, al ser pocos incluso nos dio tiempo a salirnos del guion y hablar de cosas banales como los blog o el grafeno, química o vino, y el tiempo se nos fué de las manos, pero el guia no miró el reloj ni un solo momento....  es el tipo de persona que merece la pena tener como amigo y conversar de lo que sea.

Enhorabuena por vuestro buen hacer, por vuestra dedicación, por apostar por vuestras raíces y mostrarnos por lo que lucháis, y en lo que creéis, yo espero algún día volver y repetir, también espero que en ese tiempo no perdáis ni una esquirla de vuestra pulcritud, sinceramente visto ahora a 300 km de distancia, el precio de la visita me parece insignificante.

Vistas de Asiego.