Observadores Onanistas

miércoles, 27 de agosto de 2014

ENCABRONAMIENTO GENERALIZADO. Parte 2.



Si en la primera parte del encabronamiento generalizado (si quieres releerlo pincha aquí) contaba mi última absurda e incoherente odisea con mi sucursal bancaría, hoy tengo ganas de despacharme o despecharme con las vampíricas y chupópteras compañías de seguros.

Buscando la definición de que es un seguro probablemente te encuentres con algo así como que es un contrato mediante el cual y tras previo pago de una cantidad monetaria pactada, la empresa o compañía beneficiaria adquiere un compromiso de paliar los daños producidos por situaciones accidentales y que estén cubiertas por dicho contrato.

Puede que sobre el papel esto quede muy bonito, yo añadiría que es la mejor forma de estar cubierto legalmente (los vehículos están obligados a estar asegurados), además muchas veces es todo efecto placebo, crees que tienes algo que te protege y te envuelve entre algodones ante desagradables imprevistos, la triste realidad es que como vengan mal dadas lo más probable es que tu primer encontronazo sea contra tu supuesto “protector”. Nada como un seguro para quedarte indefenso.

Te lo venden como el seguro de tu vida, con todas las coberturas ilimitadas, con las retribuciones más altas que solo te ofrece esa compañía, todo van a ser facilidades y felicidades, en sus anuncios de televisión sale gente cantando y bailando porque son hijos predilectos apadrinados por el todopoderoso asegurador y él les mantendrá en su gloria bajo su regazo y para su regocijo. Te han dilatado tanto las pupilas con su publicidad cegadora que no has sido capaz de leer la letra pequeña y te encuentras con casos como el de un amigo que la última granizada le dejó el coche con las lunas rotas y lleno de bollos por los impactos de las piedras heladas y no se lo cubre su seguro a “todo riesgo” por no sé qué cláusula que dice algo así como que no están cubiertas las condiciones meteorológicas adversas… manda huevos!!!. Habrá que pedir a la Real Academia de la lengua una revisión de las palabras “todo riesgo”, al parecer existen conceptos diferentes…

Por no decir que para cualquier parte que quieras dar tienes habilitado un teléfono de tarificación atracadora para que encima te responda un contestador, que manda narices que tu estés con toda la tensión del incidente, en ocasiones muy graves, y tengas que estar escuchando grabaciones chorras del tipo: - Si su seguro es de hogar marque 1, si es de auto marque 2, si es de vida el 3, si es dental pulse por favor el 4……

Recuerdo cuando mi padre tenía sus seguros con “Fulanito”, a veces ni siquiera te sabias el nombre de la empresa o empresas a las que representaba, lo importante es que confiabas en Fulanito porque era amigo, conocido o simplemente porque realmente te sacaba las castañas del fuego… Llamabas a Fulanito porque se te había roto una luna, porque te habías cargado un retrovisor, o porque alguien no contento con el color de tu coche te había rallado la pintura…. Y Fulanito después de preocuparse por tu estado, te tranquilizaba con un cálido “no te preocupes”, te mando un perito, una grúa o lo que necesites…

A día de hoy prima el puterío y la infidelidad es mutua, nadie se casa con nadie y es en parte comprensible, en cuanto te acomodas en un seguro este no hace más que subir y subir cada año, hasta que decides pedir otros presupuestos, y la competencia ávida de regalarte los oídos te planta una oferta que no quieres rechazar, lo curioso es que cuando devuelves tu seguro de la primera compañía por el ofertón de la segunda, te lanzan una contraoferta que no fueron capaces de brindarte (porque no les interesaba) en tus años de acomodo, estas políticas de empresa hacen que muchos nos mudemos de seguro prácticamente por año, al fin y al cabo la pela es la pela.

La foto para este post ha sido cedida por el gran fotógrafo Rodrigo Mena Ruiz https://twitter.com/rodrigomenaruiz.

 

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