Observadores Onanistas

jueves, 6 de marzo de 2014

El viejo y el motor

Un viejo te diría que antes todo era mucho mejor, más auténtico y por supuesto más barato, algo de verdad esconderán estas palabras pero no toda.

La industria del motor como tantas otras no se ha quedado anquilosada en el pasado, ha experimentado cambios significativos en breve espacio de tiempo, y hoy podemos afirmar que tenemos vehículos, más potentes, más cómodos, más seguros, que cuidan el medioambiente o al menos lo intentan, que consumen menos......

Entre tanto derroche tecnológico, los cerebritos de las casas motoras se devanean los sesos para "fidelizar" a los clientes o semi-esclavizarlos al "dios" de la marca, y no basta con que los compres el coche, tenemos que entrar en su rol y comer en su mano.

Diría aquel viejo del principio de este post:

-Yo antes en mi coche cambiaba el aceite, las bombillas de los faros cuando se fundían, abría los filtros los  limpiaba o en el caso de estar muy sucios los cambiaba, le echaba el anticongelante, el líquido refrigerante, cambiaba las escobillas, rellenaba el líquido limpiaparabrisas...

Ahora casi nada de esto se puede hacer, y si es de motor apaga y llama al taller... Levantas el capó y parece un jeroglífico, está diseñado para que no entiendas nada, y con ese factor juegan, apenas se ve nada, solo lo esencial, la batería, y los depósitos de los líquidos pertinentes, lo demás es una masa compacta o recubierta de paneles perfectamente encajados y preparados para que solo puedan ser abiertos por profesionales, pero no cualquier profesional sino los que formen cada empresa o cada firma. Además los coches te vienen equipados con una cosa que se llama "garantía" que no es otra cosa que un dispositivo que hace que te vayas acostumbrado a ir al taller correspondiente.

Esto que cuento y sus efectos adversos ya lo he sufrido yo en mis carnes, en un alarde de originalidad quise salirme del camino de baldosas amarillas marcado por la casa y mi mente de genio vislumbró un ahorro cuantitativo llevando mi coche a un taller "no oficial" (legal pero no de la marca), no era una operación complicada; cambio de aceite y filtros, lo dejé, y para mi sorpresa cuando volví a por el coche lo tenía medio desmontado, resulta que el hombre cambió el aceite, cambió los filtros hasta ahí todo bien, al finalizar la operación intento arrancar el coche y no arrancó, mi coche (como muchos coches)  lleva un antirrobo de serie que aproximadamente a los 5 minutos de pararlo se activa y aunque metas la llave no arranca, se desactiva simplemente volviendo a abrir con el mando a distancia, este buen hombre no lo sabía, y se volvió loco intentando dar con el fallo por el cual no le arrancaba el coche, cualquiera de la casa oficial hubiese sabido este detalle.... Con el rabo entre las piernas reconozco mi error y vuelvo al camino del señor oficial y autorizado pidiendo perdón para este pobre pecador.

El viejo tiene un amigo que es camionero y le cuenta que antes, hace mucho años tenía un camión Pegaso , el Pegaso se le averiaba en Burgos y el con una chicle arreglaba la avería y tiraba hasta Sevilla entregaba el porte y volvía, ahora tiene un camión último modelo con lo mejor del mercado y en cuanto se le enciende una luz roja en el salpicadero el camión se inmoviliza y lo tiene que dejar en el taller dos semanas, porque lo dice un ordenador y porque las piezas vienen de Alemania....

Y la misma tecnología que nos ayuda, nos enloquece, nos emociona y nos satisface en ocasiones nos cabrea, nos ningunea, nos repatea y nos esclaviza.

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