Amo escribir. No es una moda pasajera, siempre me gustó,
recuerdo como de pequeño en el colegio me encantaba cuando nos mandaban
trabajos de redacción, por mi parte podían mandar hacer redacciones todos los
días… Supongo que a nadie impresioné en esa época lo suficiente, o por lo menos
nadie me animo para que encaminara mi vida hacia este campo, supongo que es
casi imposible destacar entre un grupo de mini cabezas piojosas que por edad
son poseedores de una imaginación exacerbada y que seguramente en la actualidad
muchos habrán encerrado ya a buen recaudo mientras yo sigo dejando que campe a
sus anchas con los riesgos que a veces eso conlleva.
El tiempo me ha demostrado que mi pasión sigue latente a
pesar de los años, y sigo enfebrecido con matar de vez en cuando el gusanillo
de juntar letras, amontonarlas, mezclarlas, estrujarlas y retorcerlas.
Mentiría como un bellaco si dijese que no dispongo de más
tiempo para escribir, con un poco de voluntad casi siempre se puede llegar a un
acuerdo con el diabólico invento de las agujas que se persiguen, pero sí que es
cierto que sería un enorme placer poder dedicarme a esto a tiempo completo
(¡ojo!, ¡no esclavizarme!), en otras palabras vivir de mis letras. Y en
ocasiones hasta te ilusionas con la pastelosa idea y te paseas por internet en
busca de jugosas oportunidades laborales que te den la oportunidad de vivir de
la tinta que corre por tus venas, y ves cosas como: se busca redactor blog,
este tendrá que redactar 38 artículos diarios de unas 500 palabras cada uno y
cobrará 1.5 euros por los 38 artículos….. ¡No me extraña que luego haya
hiperpoblación de cortapegas!.
Piensas en la multitud de gente que se ganará la vida con
empleos relacionados con la escritura y la imaginación, y caes en la cuenta de
que hay unos cuantos, incluso muchos de ellos bastante apetecibles, como
guionista; camino totalmente inaccesible a menos que conozcas a alguien con
mano en el sector (tradicionalmente conocido como enchufe). Escritor; para esto
se necesita o mucho tiempo que el común de los mortales no nos podemos
permitir, por aquello de que las letras bancarias corren más que las corrientes
o algún padrino que apueste por ti, tipo editorial, por regla general las
editoriales confían en gente consagrada, asique aquí también está todo el
pescado vendido. Bloguero; hay gente que incluso vive de los beneficios que
genera su blog (muy pocos), pero estos suelen ser gente con mucha proyección,
gente de tv, radio, caras conocidas o gente que ha dado con un filón al que a
todo el mundo interesa.
Habrá que seguir soñando porque no nos queda otra, y ojalá
algún día en la ronda rutinaria de revisión al correo electrónico, me tope con
alguien al que entusiasmen mis textos, o quiera ofrecerme la oportunidad de
vivir de los mismos de una manera honesta, de reescribir mi historia y salir
del barrio de las letras olvidadas y mohosas.
No menosprecio el calor de los que me visitan, al contrario,
ellos mantienen mi llama cuando flaquea mi vocación, decir que eres escritor
(que palabra más grande y más gorda) o que escribes muchas veces ni siquiera es
fácil y aunque voy saliendo poquito a poco del armario, no vas a la peluquería
y lo sueltas como si nada, sin embargo al llegar a casa es absurdo mantener
conversaciones banales contigo mismo, y necesito descargarme en mi blog, en mi
facebook, y necesito tus me gustas y tus visitas que es lo que me hacen fuerte,
y necesito volverme loco buscando la manera de captar tu atención, y necesito
saber que me leyeron en Ucrania, en Rusia y en Estados Unidos, 1, 3, 9……… 56
personas.
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