Me subo una vez
más al carro del “hazlo tu mismo”,
cualquiera que haya oído hablar de este movimiento contracultural sabrá que sus
máximas son ahorrar dinero, entretenerse y aprender descartando la opción de
comprar el producto o el servicio que una empresa o compañía te oferta, cierto es que en esta
nueva peripecia de momento he conseguido
entretenerme y aprender un poco, lo de ahorrar dinero será cosa del tiempo pues
en la mayoría de los comienzos es imprescindible un desembolso inicial que
imagino iré amortizando en futuras experiencias.
Como bien reza el título me he propuesto elaborar mi propia
cerveza, un sector en auge y en pleno proceso de expansión, en algún lugar he
leído que en el año 2012 un millón de Estadounidenses elaboraron su propia
cerveza, incluso se dan casos de gente que su hobbie se les va de las manos y
acaban haciendo de ello su modo de vida, por nombrar otra estadística en la
actualidad 200 cervecerías artesanales funcionan en Japón, creo que este no va
a ser mi caso, mi idea es disfrutar y experimentar con algo que me gusta y para
consumo propio (que expresión más porrera).
Existen multitud de kits de elaboración de cerveza en el
mercado esperando a ser comprados, yo elijo uno que me parece bastante sencillo
a la par que completo, algo para ir aprendiendo sin complicarse demasiado, en él me encuentro un depósito de pvc con tapa, grifo y asta de trasvase con
capacidad para unos 25 litros, un densímetro, un termómetro, una cuchara cervecera y unas 50 botellas de pvc de
500 mm con sus correspondientes tapones con precinto y para la elaboración un
bote de malta, 1 kg de azúcar, un sobrecito de levaduras y pastillas de carbonatación,
solo necesito agua.
Lo realmente mágico de este primer contacto cervecero es que
es tan fácil como cocinar un plato sencillo, sólo tienes que ir siguiendo los
pasos punto por punto, en el momento en que escribo este artículo ya he
realizado todo el proceso de mezclar los ingredientes, ya he conseguido la
primera fermentación (conversión del azúcar en alcohol), ya he embotellado para
que se produzca la segunda fermentación, y me encuentro en el estado de
maduración y conservación que según las instrucciones se podría consumir en 15
días aunque añade que uno o dos meses mejorarán sensiblemente el sabor.
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