Es curioso ver a la gente en los albergues con sus guías (verdaderos libracos), calculan distancia, ven altimetría de la etapa, si existen caminos alternativos, que ver por el camino, donde desayunar, donde almorzar y hasta donde echar la cagada... Miran los albergues, los comentarios de usuarios anteriores, los servicios con los que cuenta cada pueblo o ciudad, miran el tiempo, la temperatura y hasta el porcentaje de humedad, no dejan nada al azar... joder!!! Parece que van al Anapurna!!!... Y yo con un tríptico que me regalaron ya ni recuerdo donde en el que vienen las poblaciones y poco más, y realmente no necesito más, normalmente miro donde caen los treinta y pico kilómetros y haya que voy, me da igual si es ciudad o pueblo, está claro que todo no vas a poder ver y a veces por ver algo que alguien te dice que es la leche te vas a perder otras cosas que lo mismo a ti te parecían más interesantes... Prefiero dejarme llevar y no saber lo que me depara, si no descubrirlo y si tengo frio me pongo un abrigo y si llueve cojo el chubasquero que para eso llevo la casa encima y si hay cuesta arriba la subo y si es bajada lo bajo, yo sigo la flecha amarilla como si estuviese en el Ikea.
Peter si lleva guía, no de libro si no de móvil y de vez en cuando le echa una ojeada, es un poco como yo, a los kilómetros y a los pueblos que vamos, alguna que otra vez al tipo de albergue sobre todo si necesitamos de algo, aunque muchas veces el planteamiento es, tenemos ganas de "juerga" (entre comillas) albergue municipal, tenemos ganas de relax albergue privado y no falla, en los municipales siempre hay más gente, suele ser gente más joven, más abierta y con nuestro ritmo es difícil hacer amigos de continuo, vamos dejando a todos atrás y tenemos que conocer gente nueva prácticamente todos los días.
Ayer lo pasamos bien en la aldea de Asterix y Obelix, conocimos a un trío muy majete que también se habían conocido en el camino compuesto por Rumana, Canadiense y Americano y estuvimos un buen rato de parrafada, también había un grupo de españolitos entorno a una queimada. Pero hoy una vez más nos separamos al abandonar el pueblo aún temprano, con el humo de las chimeneas diciéndonos adiós y Panoramix preparando la poción mágica para la próxima horda de turistas bárbaros.
Le tenía miedo a la etapa de hoy... teníamos que andar unos 9 kilómetros hasta el Alto do poio (1.337 m) y luego 22 kilómetros de bajada en picado hasta los 530 metros de altitud de Samos... Eso a la abuela le jode mucho, pero la cuide al máximo, fuimos a tres paradas y cada vez que entramos en boxes, hielo para refrigerar y chorro de Radio Salil... Aguantó bastante bien, además las primeras bajadas fueron muy progresivas, luego hubo un par de ellas en las que sufrió un poco más, pero hoy la abuela se portó como una campeona.
Esta vez a Peter también le dolía la pierna y ya le tuve que decir: -joder!! Menos mal!! Pensaba que eras Supermán!!! Y Peter me contestó: -No soy Supermán... Soy Superalemán!!!... Tenía el día chistoso, en una de estas también va y me salta: -Los Españoles sois muy religiosos, estáis todo el día con la religión en la boca... Siempre que si la virgen!!! Dios!!! La hostia!!! (Humor Alemán). Desde que entramos en Galicia no para de decirme que soy un pesado con las fotos.
Como para no ser pesado, aquí el paisaje se desborda lo mires por donde lo mires, ayer encontramos el primer hórreo del camino, un tanto particular además porque tenía la estructura de los hórreos Asturianos, cuadrado en vez de rectangular y el techo era vegetal como las Pallozas Leonesas, supongo que al tener fronteras tan cercanas se producen intercambios culturales. Hablando de intercambio cultural, estaba subiendo la cuesta del Alto do poio y me encuentro con una pegatina en la puerta de una caseta de la Peña la Amistad de Aranda de Duero... oye pues me hizo ilusión y todo!!! La tierra tira.
Me chifla caminar por Galicia (lo había dicho???), por las zonas rurales, entre corrales de vacas, para salir después al campo que hoy está siendo espectacular, por senderos de unos bosques que parecen encantados, hoy castaños y robles enormes, explosión de vida centenaria, de la victoria del tiempo y la perseverancia, de raíces, tierra y agua... Hoy nos encontramos en Triacastela el castaño más impresionante que he visto jamás, se le calcula 800 años y tiene un diámetro de más de 8 metros... Dan ganas de abrazar a este grandullón de hecho yo lo hice, no todos los días te encuentras al "gran castañón".
Parece que nunca se llega a Samos, llevamos 31 kilómetros y no se encuentra civilización a la vista, por kilómetros ya deberíamos estar, pero todo está tapado por el espeso paisaje, nos quedaban 2 kilómetros más y al final, al fondo, abajo, desde un alto del Camino se empieza a divisar el imponente Monasterio de Samos. Si el gran castañón de Triacastela nos había impresionado en Samos nos aguardaba otra sorpresa de la naturaleza, un descomunal ciprés, no pongo foto porque no había espacio para sacar su altura, aquí no había placa cómo en el anterior pero los lugareños nos hablaban de 1200 años de vida del "arbolito".
Como anécdota, una de tantas, en el trascurso de esta jornada paramos a almorzar en un pueblito y nos juntamos con unas 8 jovenzuelas irlandesas, con las que hicimos buenas migas y nos echamos unas risas, habían hecho parte del camino hace como unos 7 años y ahora estaban haciendo la parte que las faltaba. Es el gran ejemplo de hoy de que si realmente te apetece hacer el camino, este u otro, se puede, pero hay que dejarse de excusas y ponerse a andar, igual no se hará todo lo rápido que se quiera, igual ni siquiera se logrará acabará pero al menos lo habrás intentado... Las jovenzuelas tenían 70 años!!!
Quién dijo que porqué no hablar del paisaje?
ResponderEliminarSi maestro!!! jajaja.
EliminarGracias por leerme.