Dejamos atrás Portomarín, sus apacibles calles, su iglesia de aspecto medievo-celta y nos echamos nuevamente a andar, como tantas veces en estos últimos dias, buscando con nuestras linternas las señales en el camino, las flechas amarillas que nos conducen hasta Santiago. En Galicia seguir las indicaciones es mucho más fácil, ya no solo hay flechas en las piedras, en los árboles, en las señales de tráfico, en la carretera... desde que entramos en Galicia también hay mojones de piedra cada muy poco tiempo con la señal de la Vieira del camino, con la flecha indicando la dirección y ademas con placas que muestran el kilometraje que nos queda, eso donde todavía están, muchos pregrinos quitan estas placas y se las llevan como recuerdo, aún así seguir los mojones es bastante más fácil.
De momento la fama de la Galicia lluviosa no nos ha tocado, algo de niebla por las mañanas y una temperatura genial para caminar, a la hora como mucho ya te estorba el jersey. Vamos intercalando caminos con carreteras pero ahora estas ultimas son muy poco tránsitadas casi cuesta ver un coche, los caminos son increibles, sendas en ocasiones, rodeados de los muros de piedra que delimitan las fincas del ganado o envueltos en bosques tan espesos que aveces los mismos árboles dan la sensación como si estuvieras en un tunel. Cambió un poco el paisaje vegetal hoy, de los enormes robles y castaños anteriormente hemos pasado a robles más pequeños, sigue habiendo castaños y ahora también hay montes de pino que curisamente aquí no se ven afectados por los nidos de procesionaria como en Castilla y por primera vez hemos visto eucaliptos tan típicos ahora de la cordillera Cantábrica.
La jornada de hoy ha sido un rompe piernas, casi no habia diferencia de altitud pero ha sido casi todo el rato subir y bajar cuestas, lo bueno es que ya no queda casi rastro de la abuela, se ha ido a Benidorm de vacaciones con el inserso, de vez en cuando llama para dar un poco por saco, pero solo eso. Hemos parado almorzar y hemos coincidido con unas amigas Americana y Australiana con las que ya estuvimos ayer tomando una cerveza en Portomarín.
Por el camino nos encontramos con una Vieira gigante o la almeja como yo la llamo y Peter ya se ha acostumbrado y también lo dice, solo era un reclamo publicitario de una cafeteria pero me ha hecho pensar en el tema de la almeja, creo que todo este simbolo viene de los primeros peregrinos que la llevaban colgada para poder con ella beber de los arroyos o de los rios, recuerdo que mi almeja la pillé en Roncesvalles, la até a lo loco a la mochila y se iba moviendo y girando según andaba con el traqueteo del camino, con Itziar y Eva que nos acompañaban entonces haciamos chiste de que iba con la almeja toda loca, al final me lo arregló Peter, la ató en corto y pasé a tener la almeja quieta... Las almejas deberian ir con la parte al revés, se supone que cuando por fin llegas a Santiago es cuando debes darla la vuelta... Un dia en un pueblo que ni recuerdo ahora mismo nos pusimos a hablar con una chica Alemana, fue muy gracioso, nos dijo que ella iba andando por el camino y veia que casi todo el mundo llevaba la almeja al revés y que la daban ganas de acercarse y darlas la vuelta, le contamos el porque y se moría de la risa, al final ella también dió la vuelta a su almeja.
8 largas horas nos ha costado cubrir la etapa de hoy, con parones de refresco incluido, nos hemos pateado los casi 41 kilómetros que separan Portomarín de Melide, por fín ya en la última provincia, ya en A Coruña y a tan solo 53 kilómetros de Santiago, de nuestra meta... Esa era la idea, darle zapatilla hoy y que nos quedasen dos etapas más o menos tranquilas, asi que si todo va bien este Viernes abrazaremos al Santo y al menos yo finalizaré mi camino.
Una vez en Melide y ya sentados en la terraza de un restaurante esperando cargar nuestras pilas energéticas, teniamos al lado dos chavales Españoles, habian perdido una cámara gopro por el camino, pues como 20 minutos ha aparecido una pareja de extranjeros, desconozco su nacionalidad, que se habian fijado en ellos, habian encontado su cámara, la habian recogido y habian estado dando vueltas por Melide hasta dar con los chicos... Ellos han cogido su cámara les han dado las gracias y ahí se ha acabado todo, después de ese detallazo, despues de estarles buscando a las 4 de la tarde con un calor que apretaba pero bien mientras elllos estaban de terracita, no han sido capaces ni de decirles; tomaros algo que os invitamos... Le he mirado a Peter y le he dicho; -hay veces que me avergüenzo de mi país... y Peter me ha respondido: -Tranquilo amigo, eso en Alemania también pasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario